¡Me voy en 5,4,3,2...!

Una afirmación como la del título puede confundir. Creo que las mujeres lo podrán entender mejor. Imaginen una noche romántica, luz de velas, baño de tina, en fin: una pareja en la intimidad. De pronto el hombre dice de modo imperativo y catastrófico "¡Me voy! ¡Me voy!". Bueno, una vez que se fue ¡cuac! no hay vuelta atrás.

Esto de tener 5 segundos en Internet, es algo parecido: un imperativo impostergable, en el que si el usuario se va ¡cuac!, lo perdiste.

La pregunta es cómo evitar que se vaya. Juan Carlos Camus (foto), a modo de gurú del Kamasutra -pero de Internet-, entrega su fórmula. ¿Te la doy? No, mejor léela.

Esta desfachatez de proponerte hacer algo es una de las premisas del autor. En Internet si no quiero que tú -el usuario- te vayas, te tengo que invitar a la acción. Claro, no se trata de forzarte. ¡Por que no puedo! Es más bien hacerte una oferta atractiva:



¿Sabías que el 21 de mayo se estrena Shrek 4? ¡No te vayas! Hay más.

También quiero interactuar. No sólo estamos conectados. Me importa conocer lo que me puedas decir:

O si prefieres, puedes dejar tu comentario. En la web 2.0 estamos todos llamados a participar.

Ahora bien, en un mundo donde todos tenemos algo que decir, o compartir, las fronteras de nuestro universo de contenidos se amplían hacia miles de mundos simultáneos. ¿Cómo?
Muy simple...



¿Todavía quieres que te diga de qué hablo o prefieres salir a buscarlo? ¡Ups! Pasaron los 5 segundos. ¡Chao!